EL LAUREL EN LA HISTORIA


Se le conoce por lo aromático de sus hojas, que aportan especial gusto a las comidas de toda la zona mediterránea. Esa parte del árbol tiene unas mismas significaciones, desde la antigüedad hasta nuestros días, que hacen del laurel en la historia de la humanidad, una de las plantas más mencionadas en la literatura y los poemas.

Grecia y Roma contribuyeron para que el laurel se prolongara en la historia desde la antigüedad a través de la Edad Media y el Renacimiento, y que después por la literatura española se mantenga hasta nuestros días.

Conoce las razones que perpetuaron el laurel en la historia.

El laurel siempre ha estado asociado a las ideas de victoria, poderes adivinatorios, artes literarias y poéticas, triunfos militares y deportivos.

También llegó a ser símbolo durante la paz por el ejercicio del poder, portando entonces emperadores, generales y atletas las respectivas coronas que señalaban sus triunfos en distintas lides.

También se ha considerado al laurel en la historia como señal de sabiduría y prudencia. Esto y más nos los muestran literatos y poetas como Garcilaso De la Vega, Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo y Calderón de la Barca.

Igualmente hace alegoría al amor, a la pasión y  el drama, y es que el laurel en la historia, por sus mitos precedentes, representa muchas virtudes.

Conoce este mito originario que colocó al laurel en la historia.

El laurel en la historia cuenta con variados mitos y distintas narraciones. De un párrafo escrito por Casiano Baso en Geopónica (siglo V) aprendemos que Apolo encontrándose enamorado de Dafne, hija del dios-río Ladón de Arcadia y la diosa Gea (Tierra), era perseguida por él.

Ella en su sorpresa le rogó a su madre, la Tierra, le prestara ayuda ante la situación. Gea transforma a Dafne, que es como se llama el laurel en griego, en una planta que ocupa su lugar; queda Apolo sobrecogido al verla y llamó a la planta con el mismo nombre de la doncella; y tomando del árbol que esta frente a él un verdugón se hizo una corona, quedando desde entonces como símbolo de la adivinación.

Por lo tanto, existe una relación entre el mito y lo que representa el laurel, pues la doncella también era llamada Sofrone, que significa prudencia, porque el vaticinio se origina por la prudencia, dando pie a que los antiguos consagren el laurel a Apolo, Dios de la Adivinación y de las Artes.